Asumir un nuevo rol o recibir un ascenso trae emociones encontradas. La ansiedad y la emoción se mezclan con la responsabilidad, la incertidumbre y la ilusión de demostrar de qué estás hecho.
Ser promovido a líder de un equipo es emocionante y desafiante. No solo diriges proyectos y tareas, también guías y apoyas a personas que antes eran tus colegas.
Imagina el torbellino emocional que acompaña este momento: la preocupación por la posibilidad de cometer errores, la ilusión de crecer profesionalmente y la mezcla de felicidad y miedo al enfrentar nuevos retos.
En mi rol como Coach Ejecutivo he tenido la fortuna de acompañar a gran cantidad de personas que están en este proceso de ser ascendidas o que acaban de cambiar de rol y me he encontrado con muchos pensamientos, sensaciones y emociones que habitan en ellas durante esta transición, tanto en su dimensión personal como profesional.
Quiero compartir estas sensaciones por dos razones: primero, para dejar claro que es un proceso natural y saludable; y segundo, para que tanto Recursos Humanos como los líderes puedan ser más empáticos durante este proceso y apoyen de mejor manera estas transiciones, logrando resultados más eficientes para las personas, sus equipos y la organización.
Emociones comunes en los ascensos y nuevos roles
Ansiedad y Preocupación
Es natural sentirse abrumado ante la responsabilidad adicional. La presión de liderar un equipo puede generar preocupación sobre si estás preparado para el desafío. Además, demostrar que la promoción fue una buena decisión puede ser abrumador.
No olvidemos que algunos saboteadores pueden aparecer como un mecanismo de defensa natural en momentos de cambios, a veces bloqueando o nublando a la persona que está viviendo esta transición.
Ilusión y Motivación
El ascenso es un hito en tu carrera profesional. La oportunidad de crecer personal y profesionalmente genera ilusión y motivación. Es el momento de enfrentar nuevos desafíos y demostrar el fruto de tus acciones, decisiones y responsabilidades que se han tenido hasta ahora.
Felicidad y Gratitud
Ser reconocido por las habilidades desarrolladas y recibir un ascenso es motivo de celebración. La felicidad y la gratitud hacia aquellos que creyeron y apostaron por este crecimiento y otorgaron esta oportunidad son emociones profundas.
Es un brote de energía que valida todo lo vivido hasta el momento y llena de satisfacción por la visibilidad, exposición y credibilidad que se ha venido construyendo para llegar a este nuevo paso en la carrera profesional.
Claves para asumir con éxito un nuevo rol
Quiero compartir algunos puntos que pueden ayudarte a asumir tu nuevo rol. Hay una fórmula de 5 pasos que usan los CEOs más exitosos con los que he trabajado, y ahora la comparto con mis coachees y mentees.
Tiempos y Fases del proceso de adaptación
Antes que nada, es importante tomarte el tiempo para hacer lo que se debe hacer en el momento adecuado.
Se trata de tomarse el tiempo para vivir 5 fases clave sin apresurarse ni quedarse estancado en ninguna. Esto permite crear planes y estrategias que te ayudan a cumplir los objetivos y enfrentar los desafíos propios de este movimiento y crecimiento.
Estos 5 pasos se vuelven un ciclo de mejoramiento continuo para tu propio desempeño como nuevo líder.
1. Observar:
Me gusta llamarlo un momento neutro, de apertura, observación y escucha, sin juicios, análisis y sin acciones. Un momento de quietud, una pausa tranquila pero activa en la que constantemente se absorbe la realidad y se entiende la dinámica del nuevo entorno.
2. Conocer:
Es el momento de recoger data; de preguntar, indagar, cuestionar y consultar. Es el momento para que adquieras información puntual, precisa y detallada, que amplíe tu visión y abra el panorama y conocimiento del nuevo contexto.
3. Comprender:
Conecta con las motivaciones y propósitos del equipo. Entiende por qué y cómo piensan, actúan y resuelven problemas. Dale vida al para qué, el porqué e incluso al cómo que moviliza al equipo.
4. Actuar:
Es el momento de juntar lo observado, conocido y comprendido para “armar el rompecabezas” con el que podrás actuar de manera más clara, estratégica y resolutiva, aportando al sistema.
5. Verificar:
Se trata de estar siempre en posición atenta, despierta y abierta a todas las respuestas que ofrece el contexto en el momento en que entras en acción.
Este feedback constante te permite evaluar cada movimiento, estrategia, método, plan y acción que ejecutas. Así, puedes rápidamente determinar si vas por buen camino o si necesitas recalibrar para que tú y tu equipo sean más eficientes, efectivos y exitosos en tu nuevo rol.
Estos 5 pasos marcan la diferencia en cómo abordas situaciones. Permiten actuar de forma más ecuánime, objetiva, clara, precisa y resolutiva, facilitando un liderazgo más efectivo y eficiente en tu nuevo rol.
Comunicación clara, empática y oportuna
Los líderes exitosos saben que la comunicación clara, oportuna y empática es crucial. Escuchar activamente al equipo, entender sus preocupaciones y ofrecer orientación son clave para crear un ambiente de trabajo positivo y productivo.
Recuerda que cuando algo en el sistema cambia, todo se ajusta y hay un impacto en cada persona. Por eso, es crucial tener una comunicación clara, oportuna y empática para manejar los cambios y mantener la cohesión.
Cuando necesites movilizar pensamientos, las emociones y las acciones a través de tu comunicación:
Pon las cartas sobre la mesa.
Habla con transparencia, permítete y permítele a otros ser vulnerables.
Construye en conjunto las “reglas del juego”.
Nivela expectativas.
Escucha a profundidad a cada quien y llega a acuerdos.
Estos aspectos suelen ser fundamentales para lo que estará por venir para todos los involucrados.
Un ambiente de Confianza y Colaboración
El ambiente que edifiques será la base de tus logros. De él dependerá lo que vas a construir y lo que estarás en capacidad de lograr.
Es crucial que fomentes un ambiente donde los miembros del equipo se sientan valorados y respetados.
Construye relaciones sólidas basadas en la confianza y la colaboración; esto será clave para diseñar el éxito a largo plazo.
Reconoce y celebra los logros del equipo, y aborda de manera constructiva los desafíos y áreas de mejora.
Es probable que esto no te sorprenda, ya que no es física cuántica y puede parecer obvio. Sin embargo, precisamente por ser obvio, a menudo olvidamos los detalles que marcan la diferencia. Mi invitación es a recordar estos detalles que sin duda harán una gran diferencia mientras avanzas.
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